Eugenia Codina Desde mi ventana

domingo, 15 de mayo de 2016

Café con tostadas


Esta mañana he desayunado un café con tostadas. Un desayuno de lo más  normal, digamos. ¿Pero es así?. Tú, querido lector, que has  ¨café con tostadas¨, ¿en qué has pensado exactamente?, ¿qué imagen se ha formado en tu cerebro?. ¿Qué es un café para ti?, ¿y una tostada?. 

Uno de mis ejercicios preferidos es soltar en un grupo de diferentes nacionalidades la palabra ¨café¨  para preguntar después: ¿en qué piensas cuando piensas en "café"?. Es sorprendente la cantidad de versiones diferentes del concepto "café" que puedes llegar a oír. La diferencia estriba no solo en el café en sí, sino también cómo se toma.

¨Un café¨ en España significa una taza pequeña de café,  hecha en una gran máquina espresso en un bar.  Si el café se hace en casa, asumiendo que no se use una Nespresso, se hace con una cafetera cuya marca más conocida es Oroley.  En realidad, la marca ya ha dado nombre a la cafetera debido a su extendido uso en los hogares españoles, tanto dentro como fuera de España.
¨Un café¨ en Holanda significa una taza mediana de un café hecho en una cafetera de filtro. El café se sirve acompañado de algún tipo de crema de leche, azúcar y una galleta. 
¿Y quién no conoce los famosos cafés de Estados Unidos? Perolas de café de filtro que acompañan la comida o perolas en envases de cartón para llevar.

Es decir, que cuando un español le dice a un holandés: - Vamos a tomar un café-,  la imagen en el cerebro del café que van a tomar es en los dos interlocutores muy diferente. No solo piensan en un café distinto, sino que el español piensa que van a tomarse un cafelito apoyados en la barra de un bar, mientras que el holandés piensa que se van a sentar cómodamente en una mesa donde les van a servir café con galletita, van  a estar hablando veinte minutos y luego van a pedir un segundo café.
Nada más lejos de la realidad española en la relación café-tiempo.
España debe ser el único lugar del mundo en el que al pedir un cortado (café espresso con un poco de leche) el camarero te pregunta si quieres la leche fría o caliente. Tomar un cortado con la leche fría te permite beberlo más rápido y salir pitando, que es lo que quieren hacer los españoles, en lugar de enrollarse durante media hora ante una taza de café. 

Otra forma diferente de tomar café es en Estados Unidos, donde se toma tanto sentado en un bar, como andando por la calle, como sentado en el coche, mientras se conduce. Cualquier tiempo es bueno para tomar café, eso sí, preferiblemente en solitario.

Si la palabra café conoce tantas variantes, qué decir de la palabra "pan", sin el cual no se pueden hacer tostadas. Seguro que cada país tiene otro concepto de lo que es el pan. En  Holanda el pan tradicional es de molde, blanco o integral, en España el pan tradicional es pan de barra o de hogaza. En Francia, el pan de barra, estilo flauta, es el más usado, en Turquía el pan tradicional es plano y redondo. En Inglaterra el pan más popular es de molde y blanco, en Alemania es de molde, integral y famoso por su densidad.
El pan conoce diferentes formas y también diferentes usos: es España el pan se usa en bocadillos, en tostada, para mojar en la salsa e incluso, a veces, como cubierto para empujar la comida. ¿Pero como se como pan en una cocina sin tradición de hacer salsas, como la holandesa? El pan de molde se usa para poner queso y embutido encima, una forma de comida rápida durante el día.

Es evidente que todas estas diferencias se han ido difuminando los últimos veinte años. La proliferación de cafeterías tanto en Europa como en Estados Unidos sirviendo espressos y capuccinos es explosiva. Igualmente explosiva es la renovación del sector de la panadería en España, Holanda y otros países europeos. El pan ha pasado de ser el alimento básico a ser un producto de lujo.
Si hay dos sectores en la economía donde la innovación y la globalización es más palpable en estos dos sectores. Es esperanzador ver la vitalidad y la creatividad que se está desarrollando: cada vez se dignifica más la modesta tostada y el famoso cafelito tiene un nivel de calidad que solo va en aumento.

Razón por la cual un desayuno de café con tostadas, aún siendo ligeramente diferente en cada país, sigue siendo imbatible.

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