Eugenia Codina Desde mi ventana

viernes, 1 de agosto de 2008

Franco como innovación


La televisión catalana emite un programa de humor llamado Polonia. El título se refiere a la forma despectiva en que, entre los años cuarenta y noventa del siglo pasado, algunos españoles se referían al catalán, al cual llamaban polaco. De ahí que el programa reivindique el nombre llamándose Polonia, el país de los polacos ininteligibles.

Los sketches del programa se basan principalmente en la vida política española y sobre todo, catalana. Los presidentes de la Generalitat, tanto los jubilados como el actual, son personajes fijos de cada semana, así como los políticos del PSOE, del PP y la familia real. Incluso el papa de Roma tiene una sección fija en el programa.
Aún hay esperanza para los catalanes si nos atrevemos a hacer bromas de nosotros mismos, algo en que los ingleses son campeones: el famoso self-spot británico. En este sentido me parece que lo más significativo es el sketch fijo sobre Ferrán Adriá, llamado El millor cuiner del mòn. Al menos no nos tomamos nuestros tótems demasiado en serio.
(En catalán la verdura ¨puerro¨ se pronuncia igual que la palabra ¨porro¨).



Ahora bien, todo esto no representa nada nuevo, ya que el humor como fuente de resistencia, crítica y relativización se ha usado durante siglos y en todas las culturas.

Lo realmente innovador del programa Polonia y la razón por la que escribo estas líneas es para mí la incorporación del personaje de Franco. Porque yo no recuerdo haber visto en toda mi vida la ¨imagen¨ de Franco satirizada. Conocía chistes sobre Franco, sobre su familia y sus políticas aunque Franco ¨an sich¨ nunca había sido una gran fuente de humor. Su personalidad no tenía rasgos sobresalientes que pudieran dar fuente a una caricaturización de su personaje.
Ahora esta inocencia icónica ha terminado porque no me extrañaría que para las generaciones jóvenes la imagen del Franco de Polonia se interpusiera al del Franco real: una vez lo has visto ya no puedes hacer ver que no lo has visto.

De ahí que me resulte sorprendente y no solo a mí, sino que me atrevo a pensar que para mucha gente de mi generación, el ver a Franco convertido en una una caricatura que realmente HAGA REIR, ya que algunos de los sketches están muy logrados. Me queda, no obstante, la duda de si solo me hace reír por su calidad humorística o si aún quedan resquicios de algún tabú en alguna parte de mi subsconsciente.

Irónicamente es el sketch de Franco el que hace que el programa Polonia sobrepase el público local, ya que al hablar el personaje en español, su humor es accesible para todos los hispanohablantes.

Aquí hay uno de los sketch pero se pueden encontrar más en Youtube:


Y para los que no conozcan la verdadera voz de Franco aquí va un documento auténtico que demuestra la profesionalidad del actor que lo encarna en Polonia:

2 comentarios:

Jordi Romeu dijo...

És l'únic programa de TV que em fa seure de manera programada davant la pantalla. Espero els dijous al vespre per veure'l.
Una de les coses que el fa tan bo, és que és curt, sempre acaba quan encara en voldries més. Una tècnica que tothom coneix ("lo bueno si breve...") però no entenc perquè quasi ningú la utilitza.
Et felicito per la teva constància en el teu blog.

Eugenia dijo...

I des de que tinc la parábolica el puc veure jo també els dijous a la nit. Tens raó en la brevetat. Si s'allarguen massa les bromes perden l'enginy.

Graciés per la teva constáncia llegint el meu blog, s'agraiex.