Eugenia Codina Desde mi ventana

lunes, 21 de julio de 2008

Porte y buenos modales...


..abren puertas principales, decía mi madre.

Las autoridades chinas piensan lo mismo. Al menos, esto se deduce de que hayan publicado una guía para que los chinos se comporten educadamente con los visitantes extranjeros durante los Juegos Olímpicos. En la guía de buenas maneras se conmina a los ciudadanos chinos a no rascarse la cabeza, hurgarse la nariz o escupir en el suelo cuando estén hablando con un visitante de otro país.
También les indican los temas de conversación educados: no preguntar lo que ganan, los años que tienen y dónde viven.

Sin querer desmerecer el gran adelanto que representaría que los chinos dejaran de rascarse la cabeza y hurgarse la nariz en un autobús lleno de gente, es otro el gran cambio que China ha puesto en marcha gracias a los Juegos Olímpicos.

El gran cambio es que, desde hace un año, el gobierno ha invertido en sustituir los caracteres chinos en las señalizaciones de la ciudad por el alfabeto latino, sobre todo en inglés. Tal como escribía el Deportista Digital ya en el 2007:

Sin olvidar, que se está impulsando el aprendizaje de otros idiomas, que va camino de los cinco millones, en torno al 33 por ciento de la población de Pekín. Además, las autoridades también lucharán contra el "chinglish", con el fin de que los chinos no cometan tantos errores gramaticales y sintácticos cuando hablan inglés.


En este vídeo de la CNN se ilustra como la traducción de señales públicas a otro idioma, sin contextualización, se convierte en un galimatías, que es lo que es el Chinglish. Porque para aprender un idioma, tal como sabe cualquier persona que hable aunque sea un poco de otra lengua, hay que estar en contacto con la cultura, con los hablantes y las costumbres del país. La traducción literal de las palabras chinas al inglés, sin contexto, lleva a traducciones casi surrealistas porque carecen de sentido común.

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